Tratarlo no como lo que es, sino como puede llegar a ser
Cada cabeza es un mundo porque alimenta sus propias creencias; las creencias surgen de las forma de interpretar las propias experiencias.
Si algún capítulo hay que estudiar con todo detenimiento y atención, para aplicar las estrategias educativas que se plantean en este libro, es el mensaje de este capítulo. Fíjese en la profundidad de la siguiente estrategia educativa: los hombres son los únicos seres que obramos y actuamos no según lo que somos, sino lo que creemos que somos, o incluso, lo que creemos que creen que somos, y por lo tanto lo que (creemos que) esperan de nosotros.
El mundo de las creencias humanas es un universo inagotable e insospechable; cada cabeza es un mundo porque alimenta sus propias creencias; las creencias surgen de la forma de interpretar las propias experiencias.
Un ser humano desde bebé se va fomentando sus propias creencias sobre el mundo basado en sus propias experiencias: de los 0 a los 2 años es determinante formar en los pequeños lo que se llama la confianza básica; ésta se va formando cuando es atendido en sus necesidades primarias de sueño, descanso, alimentación, diversión; de lo contrario crecerá creyendo que él o ella es un intruso en el mundo por el abandono en que se encuentra y siente.
Maestro (a) insistimos: la conducta violenta de un niño(a) o adolescente no es más que una manifestación de una inconformidad existencial: siente que en la vida “sale sobrando”; cuando descubra su misión para lo que vino a este mundo, comprenderá que la conducta violenta no cabe en su forma de vida: ésta es la gran estrategia pedagógica.
La tarea del docente en el salón de clase es generar un clima de confianza invitando a todos a que aporten lo mejor de sí mismos para un provecho grupal; advirtiéndoles a su vez que probablemente y seguramente en los próximos años se van a encontrar con personas a su alrededor que les van a querer hundir y dañar: que nuestra tarea en la vida humana es no dejarnos arrastrar por ese tipo de personas destructivas. Apliquemos aquí el mensaje de Víctor Frank: “nadie te puede hacer sentir inferior si tú no se lo permites”.
En la fachada de superioridad que expresa un alumno violento, se esconde un gran sentimiento de inferioridad y minusvalía personal: erradicando las creencias negativas de un alumno violento, facilitaremos una conducta más en armonía consigo mismo y con los demás; ya lo dijo Goethe: lo peor que le puede pasar al ser humano es que piense mal de sí mismo: ¿ya nos hemos puesto a desentrañar qué es lo que piensa el violento de sí mismo? Sus propias respuestas serán las mejores estrategias educativas en ayudarlo a disminuir (ojalá a erradicar) la violencia que practica.
Luz para “pupila mental”
- ¿Qué tiene que ver este capítulo con todos los demás del libro para que surgiera leerlo con la máxima atención?
- ¿Será que la mente humana está programa inexorablemente (y por quién) para determinar el tipo de interpretaciones de sus experiencias?
- ¿Cómo será posible que nuestros alumnos eviten hacer el mal (entendiendo por esto lo que perjudica a sus semejantes) cuando lo ven por todas partes?